A las cuatro de la tarde, hora peninsular, se presentaban en el Santiago Bernabéu Real Madrid y Málaga. Tras el parón de selecciones, volvía el fútbol, volvía la Liga, y lo hacía arrancando la novena jornada con este duelo.
Los de Schuster venían de perder en La Rosaleda cero a uno ante un Osasuna que ha empezado esta Liga con serias dificultades y míseros resultados. Los malacitanos, en líneas generales, han demostrado hasta ahora que el perder a sus estrellas no es perderlo todo. Ya no tienen ni a Isco ni a Joaquín, ni a Saviola ni a Toulalan, pero si algo ha demostrado este Málaga desde el inicio liguero, es ser un equipo serio, ordenado y con ideas claras.
Los de Carlo venían de ganar 'in extremis' en el Ciudad de Valencia. Hasta hoy, el conjunto merengue se presentaba ante su afición sin haber demostrado ideas en su juego, y sí sufrimiento por sacar los partidos adelante, acudiendo como siempre al salvador (Cristiano Ronaldo) para poder sumar.
El partido comenzó con un enorme dominio blanco. En el 7', llegó la primera oportunidad clara: Cristiano, con una facilidad asombrosa, sacó un disparo que se topó con el larguero. El Real Madrid movía el balón con sentido, se fallaban pocos pases, las bandas se abrían -Carvajal espectacular- y las ocasiones llegaban. La siguiente gran oportunidad llegaría de las botas de Ángel Di María. El argentino, un nervio constante, provocó él mismo la falta que posteriormente lanzaría. Cristiano observó que desde ese perfil era mejor para un zurdo, entonces se la cedió al argentino, y este, la pegó de maravilla pero se encontró ante la que sería la primera gran parada de su paisano en este encuentro.
Más adelante, seguía el acoso de los de Chamartín. Morata, que hoy partía como titular, lo intentó en un par de ocasiones. Una no entró por una buena colocación de Willy, y la otra, acabó con gol anulado por fuera de juego. El dominio local sólo dejaba al Málaga crear algún peligro con algún que otro arreón; el último, en el minuto 41', donde Eliseu remató una volea que no vio puerta. Así acabó esta primera parte.
Empezaba la segunda, sin cambios en ningún conjunto. No pasó ni un minuto, y un centro-chut del 'Fideo', que casi toca Cristiano, se colaba en la portería de Willy.
Pasaban los minutos y seguía el asedio blanco. Ocasiones y más ocasiones. En el 50', Isco, que parecía que no se había presentado hoy ante su ex-equipo, probó fortuna, pero una vez más, Willy Caballero respondió con una bella y meritoria intervención. En todo momento, el Real Madrid se encontraba cómodo, sobre todo el centro del campo, conformado hoy por la pareja Khedira-Illarramendi. Fue en el minuto 57' cuando llegó el segundo gol anulado de la tarde. Esta vez el gol fue de Cristiano, anulado por fuera de juego previo de Álvaro Morata, muy dudoso.
Seguían las ocasiones y seguía brillando el '13' del Málaga. Se produjeron los primeros cambios, y entraron al campo Bale y Modric, por Morata e Isco respectivamente. Cambios que no supusieron "nada", y se escribe este entre comillado porque a pesar de que no se modificó la dinámica del partido, el galés fue protagonista al trabarse con Weligton dentro del área en el minuto 90; minuto que supuso el 2-0 final -penalti transformado por 'CR7'- y el cierre del partido. Un resultado que se queda corto si nos paramos a mirar detalladamente el peligro que llevó el Real Madrid a lo largo del partido. En el 86', se produjo la enésima parada de Willy, o mejor dicho, 'Súper Willy'. Aunque de poco sirvió su memorable actuación, sí como reconocimiento individual y para una posible futura llamada de la Albiceleste, si Sabella lo cree oportuno. Pero a nivel colectivo, los tres puntos no volarán rumbo a la Costa del Sol.
Terminó así el primer partido de la novena jornada, una jornada en la que por fin se pudo contemplar a un Real Madrid con ideas, con profundidad por bandas y como siempre, con goles. ¿Será este el comienzo de una primera buena etapa de Ancelotti como técnico? Veremos...
Óscar Sánchez (@O_Sanchez27)
